Me declaro pro-medicina privada y no soy de los que dicen sentirse orgullosos de la CCSS, porque sería falsa e imprudente a la hora de hablar.
Pero desgraciadamente para acceder a esos servicios privados hay que ser rico, y salados los de pocos recursos porque nunca experimentarán lo que es atención de primera como la recibió José María Rico, esposo de doña Laura Chinchilla.
La pregunta que todos se hacen es si la señora pensó alguna vez en enviar a su esposo al Calderón Guardia o al Hospital México; quién sabe, la verdad, yo lo dudo un poco, porque quizá escuchó algo parecido a las siguientes historias.
María del Carmen Morales, de 68 años, ingresó al Hospital México por una caída que le dejó dolor en su cadera. Le diagnosticaron una pequeña fractura y la mandaron para la casa. A los días no soportó el dolor y decidió hacer el esfuerzo económico e ir al Hospital Clínica Bíblica. Resulta que no tenía una pequeña fractura, era una gran fractura que terminó en quebradura por no habérsele dado los cuidados suficientes. ¡Plop!
Francisco "Paco" Quirós, una caída le quebró la cadera. Fue internado en el Hospital Monseñor Sanabria, pero como ahí no tenían soluciones para él deciden enviarlo al Hospital México (no por aire como a Rico). Esperó días para el implante de cadera, que recibió después de haber soportado mucho dolor. Lo operan y muere en 2 días. ¡Que en paz descanse mi abuelito! Cuanto sufrió en la espera. ¡Recontra plop!
Ambos casos son muy distintos al del señor "Caballero de la República", que no tenga nada contra él, en lo absoluto.
Tampoco digo que los casos anteriores sean de siempre, más de uno saldrá a la defensa diciendo que recibió a tiempo la atención, pero todos sabemos que ésa es la excepción, no la regla.
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