martes, 27 de julio de 2010

Se me olvidó

Tuve que recordarle que ya no estaba. En 20 minutos me preguntó por él unas 3 veces. Opté por pegarle en la pared un mensaje para recordárselo, pero fue en vano porque lo arrancó y lo botó.

Ella lo recuerda, lo que no recuerda es que ya murió, ya murió la persona que la acompañó en los últimos 50 años.

Todo eso por la enfermedad más degradante para el ser humano, el Alzheimer.

¿Y por qué degradante? Porque lo peor que le puede pasar al ser humano es no recordar quién es.

A mi abuela nada le duele, nada le pesa, nada la afecta, pero no recuerda.

Se estima que en Costa Rica unas 40 mil personas sufren de esta enfermedad. No tiene cura, no se retrocede, y ni se calcula cuantos años puede vivir una persona con Alzheimer y tampoco se sabe qué la produce ni cómo evitarla.

Simplemente, en algunos casos, las victimas olvidan respirar y mueren.

Los familiares de las personas con Alzheimer llevan la mayor carga porque todos los días deben alimentarse de paciencia y tolerancia, ya que llega el momento en que son desconocidos y deben lidiar con los cambios de personalidad del enfermo que puede hasta ofender a sus propios hijos.

FundaAlzheimer es una institución que trata esta enfermedad en el país con apoyo psicológico para los familiares, atención médica y rehabilitación para los pacientes.

Es muy importante, y quiero ser enfática en la importancia en la detección de la enfermedad, porque aunque no hay manera de revertirlo, puede tratarse y confiar en los medicamentos disponibles, que son muy pocos, para que nuestro viejitos puedan permanecer en estado lucidez por el mayor tiempo posible.

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